desmembramiento de la vida
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Vicente Aleixandre: 5 poemas de amor a la materia

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Hola queridos amigos

Son muchos los libros que pasan por nuestras manos a lo largo de la vida y, sin duda, hay algunos que nos llegan a marcar tanto que podemos llegar a leerlos varias veces porque notamos que siempre se nos escapa algo. Lo mismo ocurre con sus creadores: escritores cuyo estilo, temáticas o ideas resuenan tanto con nosotros o desafían nuestra inteligencia de tal manera que acabamos por convertirlos en nuestros mentores. Esto es lo que a mí me ocurre, entre otros, con Vicente Aleixandre. Por eso, hoy quiero compartir con vosotros una breve lista de los poemas que considero más interesantes y enriquecedores del poeta sevillano.

¡Espero que os guste!

Cuando tenía 14 años, colaboré en un recital de poesía con mi asociación de teatro juvenil. Acudí al primer ensayo con el poema aprendido que me había tocado por sorteo, «Te quiero» de Cernuda, y mientras esperaba mi turno con los nervios en el estómago; pensando si lo haría bien, un chico subió al escenario y a viva voz gritó: «Cuerpo feliz que fluye entre mis manos,/ rostro amado donde contemplo el mundo…». Tal fue mi sobrecogimiento que corrí a preguntarle a la directora de quién era ese poema: «»Unidad en ella» de Vicente Aleixandre», me dijo. Y al día siguiente fui a la Biblioteca Municipal en busca de aquel poemario, titulado La destrucción o el amor, del que formaba parte. Como era de esperar, no entendí un c… del 80% de aquellos poemas de estética surrealista, pero aún así copié a mano aquel que tanto me había gustado y que ya comentamos en este blog el año pasado. De todos modos, años después, cuando ya había madurado un poco y aprendido lo suficiente como para lanzarme a los leones, volví a enfrentarme a La destrucción o el amor; nunca había encontrado un sistema de ideas que sintonizase tanto con el mío como aquel, me encantó su retórica, el simbolismo que empleaba, disfruté tanto desentrañando los misterios teóricos entre aquellas palabras articuladas en verso libre… Así que, dado mi carácter obsesivo, en un año leí toda su obra. Incluso me apunté a cursos, leí artículos sobre la poesía de Aleixandre y, como dije antes, llegué a la conclusión absoluta de que, sin duda, era mi poeta favorito; y lo sigue siendo hasta la fecha… ¿Quién sabe lo que puede ocurrir mañana?

Después de esta historia, que no venía a cuento pero «mi blog es mío y…»; bueno, no hace falta caer en zafiedades, os dejo con la selección de 5 poemas de Vicente Aleixandre. Como hemos hecho en otras ocasiones, comentaré brevemente el poema y añadiré un enlace por si queréis leerlo completo. Ahora sí, vamos con la lista:

1. Ven, siempre ven: Sin duda, este es uno de los poemas más conocidos de VicenteEs lo bajo 07 (Paloma Pájaro) Aleixandre. En él, objetiva la idea de soledad con el brillo de una estrella que quema –desde la lejanía– y se rechaza por su carácter ajeno y contrario a la vida natural. Se puede entender aquí un recelo del amor idealizado, que no tiene una consecución física, como sí ocurre con aquel que se basa en la materia. También, expone su idea de amor físico como garante de placer, al mismo tiempo que destructor de la individualidad; un tema muy presente en su poesía.

Ven, siempre ven

No te acerques. Tu frente, tu ardiente frente, tu encendida frente,
las huellas de unos besos,
ese resplandor que aun de día se siente si te acercas,
ese resplandor contagioso que me queda en las manos,
ese río luminoso en que hundo mis brazos,
en el que casi no me atrevo a beber, por temor después a ya una dura vida de lucero.

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2. Consumación: Este es un poema de madurez, en el que el autor hace una consumación de la vidaretrospectiva de la vida humana en base a la alegoría del árbol, pues sólo cuando la vida ha pasado y nos encontramos a las puertas de la muerte somos capaces de comprender que el sentido de la vida no es otro sino vivirla, aunque irónicamente uno se da cuenta cuando ya está a las puertas de la muerte. Se puede observar aquí la resignación ante lo inevitable de manera muy gráfica, cuando el árbol pierde sus hojas, sus frutos; hasta quedar reducido a un nudo de madera que lucha por seguir viviendo pese a la destrucción de su propia materia física. Muchos pueden ver en este poema un claro pesimismo, yo lo considero más bien una aceptación muy madura y resiliente de la existencia: ya que vamos a morir, aprovechemos el tiempo que tenemos; otra cosa no nos vamos a llevar…

Consumación

Si yo fuese un niño,
si yo fuese un niño, redondo, quieto y sumergido.
Sumergido, no; sacado a la luz, estallado hacia fuera, exhibido en esa otra Creación donde un niño es un niño en su reino.
Pero si sumergido estuve antaño, bajo las aguas de la luz que eran cielo y sus ondas,
hoy no puedo sino decirlo, tomar nota, procurar explicarlo,
prohibiéndome al mismo tiempo la confusión de lo que veo con lo que fue y ha sido.

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3. Las águilas: Este no es un poema de los más famosos del autor, pero creo que expone de manera muy evidente su concepción del amor como instinto ingobernable del ser humano. ¡Ojo! En toda la obra de Vicente Aleixandre, el amor siempre tiene una base física, instintiva, sexual… Por ello, en muchos poemas encontramos una representación simbólica de este amor con los animales salvajes, tal es el caso de las águilas. Se puede apreciar en sus versos la intensidad del instinto con el comportamiento voraz de las águilas, sus atributos físicos; como garras de metal o alas que baten el viento, sirven como metáfora –a veces hipérbole– de la fuerza indomable del amor y su libertad, capaz de destruirlo todo a su paso, incluso el orden establecido. ¡Lo aviso! Un poema no apto para cardíacos…

Las águilas

El mundo encierra la verdad de la vida,

aunque la sangre mienta melancólicamente

cuando como mar sereno en la tarde

siente arriba el batir de las águilas libres.

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águila

4. El cuerpo y el alma: No es muy común encontrar en la poesía de Aleixandre referencias a elementos metafísicos, ni siquiera en la idea de totalidad del cosmos, que podría resumirse en un «todo es materia». Sin embargo, este poema representa una excepción, pues en él habla del alma cuando se separa de un cuerpo inerte al estilo de un amante que se retira de su ser amado con tristeza. Puede notarse la vacilación, la melancólica zozobra ante lo inevitable y esa aceptación que arranca los más hondos suspiros. Presenta también una atmósfera nocturna, que para el autor será un símbolo muy recurrente de la muerte material. Sin dura, es un poema poco ortodoxo de su filosofía, pero un artista no tiene que ser consecuente con nada; ni siquiera consigo mismo… ¡Para eso ya están los políticos!

El cuerpo y el alma

Pero es más triste todavía, mucho más triste.
Triste como la rama que deja caer su fruto para nadie.
Más triste, más. Como ese vaho
que de la tierra exhala depués la pulpa muerta.

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cuerpo y alma

5. Corazón negro: Para Aleixandre, el amor es la condición más absoluta de la vida humana. Por ello, un ser que no es amado no tiene vida; así lo objetiva en este poema, con un corazón en el que la sangre ha quedado estancada; ennegrecida, no se mueve, no tiene carne que regar; ni mucho menos otro cuerpo al que entregarse. Es una alegoría muy física, que hasta provoca sensaciones somáticas en el lector, pero ejemplifica muy bien esa apatía casi moribunda del desamor. Además, utiliza varios símbolos de la muerte: la luna, el estío, el color verde…, pero no se trata de una muerte real, de esa que une al ser humano con la totalidad de la materia, sino del anquilosamiento de las facultades vitales; que es incluso peor que la primera.

Corazón negro

Enigma o sangre de otras vidas pasadas,
suprema interrogación que ante los ojos me habla,
signo que no comprendo a la luz de la luna.

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agua estancada

******

Pues con ésto ya vamos bien despachados hasta la semana que viene, queridos amigos. Había pensado en incluir un par de poemas adicionales, pero creo que ya es suficiente: ¡Aleixandre es mucho Aleixandre! y prefiero que no acabemos con las neuronas saturadas… y más cosas que no viene al caso mencionar aquí.

Cuando un autor se autodenomina materialista siempre hay alguno que otro que te miracaricia0bl de soslayo y piensa para sus adentros: «¿¡Y qué escribirá: la lista de la compra!?» Ya lo hemos visto con Aleixandre: se pueden escribir auténticas maravillas sin elevarse hasta los cielos celestes o los mundos posibles de la metafísica. Como dijo G. F. Novalis, y también recoge Aleixandre en uno de sus poemas de La destrucción o el amor: «Es tocar el cielo, poner el dedo sobre un cuerpo humano»; lástima que hoy en día sepamos tanto de emociones, mucho más de palabras; pero tan poco de cuerpos…

¡Hasta la próxima!

¡Nos escribimos!

 

3 comentarios en “Vicente Aleixandre: 5 poemas de amor a la materia”

  1. flore sangrienta pasión de la nostalgia de la Iberia del mar así manos al delirio hacia el río seco sin lagrimas finamente liso y húmedo camino de señala mi madre mano devota por las letras.

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